Utiliza ondas sonoras de alta frecuencia para producir imágenes de estructuras internas del cuerpo en tiempo real. Se emplea para tratamientos como la liposucción asistida por ultrasonido, que ayuda a romper las células de grasa para su eliminación, o la terapia de ultrasonido focalizado de alta intensidad (HIFU), que estimula la producción de colágeno para mejorar la apariencia de la piel. Es una técnica segura y no invasiva, con múltiples aplicaciones en medicina y estética.